Sunday, August 12, 2007

Desde mi trinchera liberal: Cuando la ciencia es fraude


Jim Watson, el científico que descubrió la estrucura del ADN, profetizó que el cáncer sería curado en dos años. La noticia fue recibida con alegría inmensa por muchas personas que creían ya tener el número premiado en la lotería de la salud.




Un paseo por la planta de oncología de cualquier hospital nos devuelve a la cruda realidad, y nos demuestra el carácter acientífico de la afirmación de Watson. En algunas ocasiones por un voluntarismo que confunde los deseos con la realidad, y en otros casos por actuaciones deliberadamente fraudulentas, algunos científicos han hecho del juego con la esperanza humana un suculento negocio. Algunos "científicos" no se diferencian demasiado de los charlatanes vendedores de crecepelo infalible.


Las enormes expectativas que se han creado con investigaciones científicas en el campo de la clonación, o de la investigación con células embrionarias, pertenencen a esta tendencia, mucho más de ficción a largo plazo que de base científica real. Los rendimientos a largo plazo exigen mucha menos precisión y evidencia cortoplacista. Son extremadamente dúctiles. Y sirven, además, como una forma de presionar a los políticos en la captación de fondos públicos que financien sus investigaciones. Son bastantes los científicos sin escrúpulos que prometen resultados de curación siempre y cuando los políticos allanen el camino. Es decir, vacíen de contenido ético sus programas y los financien. Y pocos políticos se arriesgan a aparecer ante la opinión pública como obstruccionista del progreso médico o científico. La política sí es un negocio a corto plazo, a diferencia de la ciencia.


La clonación, por ejemplo, supuso una eclosión de declaraciones cargadas de un futuro esperanzador. La misma palabra se convirtió en sinónimo de elixir de la juventud perpetua, de inmortalidad incluso. De repente, la ciencia parecía tener el líquido que colmase la sed de inmortalidad del hombre. En el año 2001, Claude Vorilhon escribió un libro titulado "Yes to human cloning, inmortality thanks to Science" (Sí a la clonación humana, la inmortalidad gracias a la ciencia.). La ciencia de finales del siglo XX se aproximaba demasiado a la eugénesis nazi. La creación de super hombres se empezaba a ver como un futuro nada incierto.


La realidad ha demostrado que la Clonación ha sido una historia negra de fraudes, fracasos y costosísimas investigaciones. La clonación crea serias anormalidades en casi todos los embriones, y sus intentos suelen acabar en fracaso. Mucho menos de moda hoy en día, los científicos que apostaron por la clonación han hecho su particular transición a la investigación con embriones, con las mismas promesas de curación universal. Otra forma de vender humo a la aue volveremos en otra ocasión

Sunday, May 20, 2007

desde mi trinchera liberal: ¿El alma está en el cerebro? II


Existe en determinados ambientes científicos lo que podría denominarse una búsqueda inasequible al desaliento por demostrar la naturaleza científica del alma. Una reducción de la conciencia humana a aspectos puramente biológicos, a esquemas bioquímicos.


El cerebro humano sería algo así como un gran caleidoscopio en el que entran datos sensoriales y salen convertidos en datos de conducta. En este tipo de antropología, el libre albedrío queda seriamente en entredicho, cuando no directamente anulado. Cae de lleno en el determinismo, nada podríamos haber hecho diferente a lo que nuestro cerebro procesó. Seríamos como grandes ordenadores con hardware inamovible.



Conviene recordar que nada hay más personal e instransferible que el mérito de la virtud o el demérito de la culpa en el ser humano. Pero esto presupone necesariamente la libertad humana. Sin libertad, no cabría ni la virtud ni la culpa. Ni las cárceles ni los altares, ni el cielo ni el infierno. Ni la superación ni el arrepentimiento. La concienca no puede remorder desde la química. Cada uno se comportó de manera inevitable. La pérdida de libertad humana está directamente asociada al materialismo y al reduccionismo, y abre la puerta a políticas socializantes, colectivizadoras, numéricas. Despoja de dignidad a la persona humana y la convierte en algo sujeto a especulación. No hay límites, ni refugios seguros, donde resguardarse. La persona humana se mueve en la desprotección más absoluta e hiriente.


Estos sistemas neurofísicos, de tejas para abajo, esenciamente materialistas, suelen tener como base negar cualquier atisbo de transcendencia en el ser humano. Es evidente que si el alma y la conciencia tienen su origen en un conjunto de neuronas, cualquier consideración del alma como algo sobrenatural no encuentra espacio, ni razón de ser. Según Francis Crick, Autor del libro La búsqueda científica del alma, es tajante desubriendo su intencionalidad:"un día la humanidad aceptará el concepto de que el alma y la promesa de la vida eterna no existen".


Para Crick, la conciencia es sólo "una banal fusión de neuronas del cerebro". Como toda hipótesis, tiene la ventaja de que puede sobrevivir de momento sin más comprobación. Pero la realidad es que sabemos muy poco de la enorme complejidad del cerebro, de qué manera los miles de millones de células cerebrales interpretan sensaciones, hacen uso de la memoria y asociaciones para encontrarles algún sentido, y finalmente crean pensamientos conscientes acerca del mundo. Estamos en fase embrionaria y no resulta difícil la ciencia ficción al estilo de Crick, aunque lleve aparejada la absoluta desnaturalización de la persona humana.


Wednesday, May 09, 2007

Desde mi trinchera liberal: ¿El alma está en el cerebro? Eduardo Punset


El artículo de ayer publicado en Aragón Liberal por Federico R de Rivera http://www.aragonliberal.com/20070509-reflexiones-liberales-cuando-la-persona-es-solo-persona-porque-las-leyes-consensuadas-le-otorgan-ese-derecho-esta-vidiendo-de-prestado.html suscitó un debate sobre el materialismo reduccionista que me gustaría continuar.


Un ejemplo perfecto de materialismo reduccionista es preciasamente el título del abogado y divulgador científico Eduardo Punset: "El alma está en el cerebro". Los signos de interrogación son añadido mío. La tesis central de la filosofía reduccionista es que todo lo que existe en la realidad puede ser explicado en términos físicos. En la tan en boga filosofía de la mente, que es dónde se enmarca el libro de Punset, el equivalente sería que los estados mentales pueden reducirse a estados físicos. Las personas seríamos básicamente configuraciones físico-químicas o neuronales del cerebro. Ahí radicarían nuestra voluntad, nuestras creencias, nuestros pensamientos, nuestra felicidad o nuestra desdicha. Somos poco más que un cerebro con mocasines.


Los estados mentales (conciencia, alma) están pues supeditados a los estados físicos (el cerebro, lo material). Más aún. El materialismo reduccionista cae de lleno en el monismo, en contraposición con el dualismo: la única substancia existente es la materia.


Otro famoso reduccionista es Roger Penrose, muy en la línea de Punset. Para Penrose, "el reto de la física es explicar cómo funciona la conciencia. Creo que de alguna manera nuestros cerebros están preparados para extraer algo del mundo físico y revelarlo como conciencia". La idea de Penrose plantea problemas morales de imposible solución. ¿Qué es lo que decide el valor moral o no de un acto, si todo se reduce a una interactuación de mi cerebro, del cerebro de cada cual con el mundo físico? Cuando Penrose trata de explicar esto, cae en la contradicción. O niega su teoría o niega la posibilidad de valorar moralmente un acto.


Las teorías reduccionistas llevan aparejadas muchas implicaciones. Me quedo con una. En el fondo, estas teorías niegan la libertad humana, la capacidad que tenemos entre elegir entre el mal y el bien. La voluntad humana desaparece en esta teoría, y es substituida por el determinismo. Si usted piensa en que quiere a su mujer, o a su marido, y que esta dispuesto/a a seguir queriéndoles mañana y para siempre, en realidad no es su libre voluntad la que entra en juego, sino misteriosas y complejas reacciones neurológicas. Arrebatan a la persona uno de sus dones más sagrados: la libertad. En las teorías reduccionistas las cárceles y los altares deberían estar vacíos: pues ni un en caso ni en otro pudieron elegir su forma de comportarse. La voluntad humana sería simplemente un estado material, dominado por leyes que aún desconocemos, pero inexorables y determinantes.


Como dice Sir John Eccles, Premio Nobel de Medicina, "El materialismo, si se lleva a sus consecuencias, niega las experiencias más importantes de la vida humana: «nuestro mundo» personal seria imposible. La ciencia y la fe son aliadas, no enemigas. Y la fe cristiana proporciona ayudas muy valiosas para que se evite un materialismo que nada tiene que ver con la ciencia, y para que la ciencia pueda contribuir a la solución de los graves problemas que tiene planteados hoy día la humanidad."

Wednesday, May 02, 2007

Desde mi trinchera liberal: Einstein y Lemaitre


Cuando el sacerdote y físico católico George Lemaitre expuso su "Hipótesis del Atomo Primitivo", o Teoría del Big Bang, Einstein le contestó: "Eso me recuerda demasiado al Génesis, ¡se nota que es usted sacerdote!.


La Teoría del Big Bang no contó con muchas adhesiones en sus albores. Era una teoría de indudable osadía científica, en cuanto desafiaba abiertamente los modelos establecidos en la época. El modelo de universo que nos propone Lemaitre no es autosuficiente ni estático, sino creado, inflacionario, es decir, en expansión continua, y con fecha de caducidad. El modelo de Lemaitre abre pues la puerta a la Teología.


Einstein no creía inicialmente en un universo en expansión, sino en un universo estacionario. Cierto es que para defender esta tesis, Einstein acudió al recurso de una arbitrariedad científica, de una impostura teórica metida con calzador y que chocaba con sus propias ecuaciones: la constante cosmológica. De la constante cosmológica dijo Einstein que fue el peor error de su carrera.


Es lógico, por lo tanto, que Einstein y Lemaitre mantuvieran posiciones encontradas al principio: partían de cosmologías diferentes. Sin embargo, en 1929, la famosa ley de Hubble, a su vez, precedida por las teorías de "huida de las galaxias" del astrónomo norteamericano Vesto Slipher, cambió el panorama en gran medida. La Ley de Hubble dice que "“Las galaxias se alejan de nosotros con velocidad proporcional a su distancia”, por lo que encaja perfectamente en el Universo en expansión de Lemaitre.


La relación entre Lemaitre y Einstein se fue haciendo cada vez más estrecha y amistosa. No estaba exenta de admiración, hasta el punto de que Einstein, durante una conferencia que estaba impartiendo Lemaitre en Bruselas, le interrumpió varias veces en la conferencia manifestando su entusiasmo, y afirmó entonces que Lemaître era la persona que mejor había comprendido sus teorías de la relatividad. Para aquel momento, Einstein ya había aceptado que el Universo estaba expandiéndose.




Una vez que la física había demostrado que el Universo no es estacionario, los defensores de la Teoría del Big Bang centraron sus esfuerzos en demostrar que el Big Bang había existido realmente. Y, poco a poco, fueron alumbrando conclusiones empíricas. En este sentido, George Gamow dedujo que las radiaciones producidas por ese gran estallido inicial deberían estar llegando hacia nosotros. Lo llamó "radiación de fondo". En 1964, dos científicos americanos, Penzias y Wilson, captaron, mediante una gran antena, el eco de esta radiación de fondo, lo que significó un aldabonazo definitivo a la Teoría del Big Bang.


Werner Heisenberg, un científico creyente y sin complejos, pero algo socarrón, decía poco antes de morir "Pronto voy a morir y como no he sido malo del todo, espero ir al cielo, y cuando llegue le pediré al Padre Eterno que me explique tres cosas: La Relatividad, la Mecánica Cuántica y la Mecánica de los Fluidos. Las dos primeras espero que me las sepa explicar. " Y yo creo que en ese momento Dios le guiñaba un ojo.

Monday, April 30, 2007

De Andalucía Liberal: Einstein. Iglesia y derechos humanos


Iglesia y derechos humanos

Que la Iglesia está a favor de los derechos humanos, ya lo reconoció Einstein, judío y alemán: «Sólo la Iglesia , entre todos», se refería a las universidades, a la prensa, a los escritores..., «se pronunció claramente contra la campaña hitleriana que suprimía la libertad. Hasta entonces yo no había mostrado interés particular por la Iglesia, pero desde aquel momento comencé a sentir afecto y admiración por ella a causa de su valentía. Era la única institución que había mostrado firmeza y audacia en defensa de la verdad intelectual y de la libertad moral». (Einstein en The Tablet de Londres).


Hoy sucede lo mismo: la Iglesia es la única institución que muestra contra la dictadura de lo "políticamente correcto", firmeza y audacia en la defensa de la libertad intelectual y de la libertad moral, la única que se atreve a defender con rotundidad y sin titubeos, los derechos de los más débiles e indefensos, de los no nacidos, apoyada en la verdad de la razón, del sentido común y de la Ciencia. Es la única institución que no titubea en la defensa de la vida sin fisuras, la única que presta su voz a los que no la tienen, y sin interés alguno, sólo por amor a la verdad y a Dios mismo, Creador y amante de la vida. Como Einstein, siento admiración por la Iglesia a causa de su valentía, y por su labor humanitaria en todos los continentes del planeta. El mismo Paco Rubianes acaba de palpar la labor de los misioneros en Etiopía y lo manifiesta así: "Yo había perdido el sentido del altruismo, del trabajo generoso por los otros. Es impresionante lo que hace ese sacerdote, su trabajo con huérfanos".

Josefa Romo.

Saturday, March 10, 2007

Desde mi trinchera liberal:más sobre la teoria del Big Bang



de mi amigo Angel Morancho ¿Y juega Dios a los dados?


El artículo de nuestro excelente amigo Fernando Inigo sobre el Big Bang (“Desde mi trinchera liberal: la teoría del Big Bang), me induce a acompañarlo con estas aportaciones,no por estar en completo de acuerdo con él (la fe no es apologética para mí) si no por mis lecturas anteriores y recientes.El recuerdo de la frase de Einstein “Dios no juega a los dados” me ha hecho recordar que el propio Hawking ha dictado una conferencia con ese título pero en interrogativo.Sí, Stephen Hawking y su vinculación con el misterio del tiempo que Fernando, y no es crítica, ha ignorado, pues el misterio del tiempo, de ser resuelto, nos resolvería multitud de nuestras telarañas


.A los estudiosos del tema os recomiendo http://ciencia.astroseti.org/hawking/dios.phpPersonalmente, como lector de Hawking , y creo que medianamente conocedor de sus menajes, no deja de sorprenderme su última frase en su discurso cuando dice:“…en contra de lo que creía Laplace. Dios todavía se guarda algunos ases en su manga.”Aunque la traducción es de 20/1/07 no he podido averiguar la fecha de la disertación.


Sí puedo decir que no se corresponde con el clásico Hawking, el escéptico investigador del tiempo que afanosamente intentaba buscar la ausencia de un creador.Sí. aquél que tras su espectacular libro diese cuenta que el con el big-bang seguía en un origen temporal; de ahí derivó al intento de la muestra de un hiperespacio con un hipervolumen que no tenía ni principio ni fin: nuestro universo; cual un círculo de mobius o un volumen tórico en el nuestro conocido y vivido.No dejo de agradecer esa evolución del pensamiento en persona tan capacitada y, al mimo tiempo, tan disminuida en el común.Es decir, la inexistencia del tiempo, en cuanto todo existe como coordenada temporal.Copio de la traducción de su discurso:“Muchos científicos son como Einstein en el sentido de que tienen un lazo emocional muy fuerte con el determinismo pero al contrario que Einstein han aceptado la reducción en nuestra capacidad para predecir que nos había traído consigo la teoría cuántica. Pero ya era mucho.


A estos no les gustó la consiguiente reducción que los agujeros negros parecían implicar. Pensar que el universo es determinista, como creía Laplace, es simplemente inocente. Presiento que estos científicos no se han aprendido la lección de la historia. El universo no se comporta de acuerdo a nuestras preconcebidas ideas. Continúa sorprendiéndonos “No deja de sorprenderme esta evolución del pensamiento ateo, agnóstico, gnóstico ¿quién sabe? de este gran personaje quién transmite su sentir a través de un ordenador…


P.E .Agradeceré comentariosÁngel

Desde mi trinchera liberal: la teoría del Big Bang


El mismo Eisntein lo afirmaba: "la ciencia sin la religión es coja, la religión sin la ciencia es ciega". La teoría del Big Bang, de la gran explosión, explica el cómo se originó el universo, pero no alcanza a la causa final, qué o quién lo creó.
En realidad, la teoría del Big Bang allana el camino de la fe. Resulta una impostura intelectual asumir que de la nada, surgió inexplicablemente el Universo.

El precursor de la teoría del Big bang fue el sacerdote belga e investigador llamado George Lemaitre, que habló de forma revolucionaria de conceptos como átomo primigenio, huevo cósmico o singularidad.

Es decir, todo el universo tal y como lo conocemos (aunque habría que decir más bien,desconocemos), condensado en un punto tan infinitesimalmente compacto que no tiene dimensión.

Esto es la singuralidad, el origen del universo. Más que estar hablando de una gran explosión, estamos hablando de una inflación, algo así como una construcción hinchable que se activa súbitamente y va llenando todo el espacio, o más bien creándolo en su expansión. El tiempo y el espacio se van creando a la vez.

La pregunta que algunos científicos ateos se esfuerzan por evitar es qué causó esta súbita expansión

. Algunos de estos científicos no están dispuestos a un debate intelectual honesto que les lleve a aceptar una intervención divina. Prefieren decir que simplemente las cosas pasaron así, y no tiene sentido preguntarse por las causas últimas.

Asumen un origen del universo desde la nada, desde el vacío. Fruto del azar. Pero evidentemente, esto repugna a nuestra lógica. ¿Cómo puede surgir de la nada algo?

Si tuvo un origen, un principio, es de sentido común pensar que algo preexistía al universo. En estos casos, mantener una fe en el no dios (que en el fondo, eso es el ateísmo, una fe negativa, pero fe en definitiva), es más costoso e impuesto que aceptar la existencia de un Dios Creador.

En palabras de Lemeitre, alguien tuvo que poner ese huevo cósmico. También resulta escandolosa dejar en manos de la casualidad o del azar algo tan ordenado y preciso como el Universo.

Tengo un amigo que dice que la casualidad ocurre cuando Dios no quiere firmar. Pero en el caso del Universo la firma de Dios es tan evidente que sólo desde la cerrazón obstinada se puede obviar.

Si cambiásemos, aunque sea mínimamente, las cifras de la creación del universo, jamás se habría formado el universo. Si por ejemplo, la gravedad, hubiese sido un poco más fuerte, o un poco más débil, el universo se habría colapsado, o se habrían dispersado sus elementos, y el universo se habría mantenido eternamente desparramado. Bastaría dar un pellizco insignificante a los números del universo tal como lo conocemos y necesitamos y el universo no existiría.
El Universo tiene la precisión del mejor relojero. El Gran Arquitecto Divino, lo llamaba Einstein. O, en otra afortunada expresión acuñada también por Einstein, Dios no juega a los dados.

Desde Mi Trinchera Liberal: Stephen Hawking en su laberinto


El nóbel de física León Lindeman decía:«Cuando oyes a alguien diciendo algo sobre el nacimiento del Universo,no tengas dudas de que se lo están inventando todo.Ése es el campo de los filósofos. Dios sabe lo que pasó en el principio de los tiempos»


Con menos grados de ironía, el cosmólogo Andrei Linde se limitaba a decir en el New York Times que "estas cuestiones están muy próximas a las cuestiones religiosas". Sin embargo, existe una corriente científica que pretende sacar a Dios del mapa de la creación, mediante la política de achicar espacios. Como Laplace, quieren convertir a Dios en una hipótesis desechable. Hawking pedalea en esa misma dirección. Hay que tener en cuenta los antecedentes de Hawkings. Su madre, miembro del Partido Comunista de Inglaterra, trasladó a su hijo la idea de que Dios era un mito inventado por las clases pudientes para explotar a los trabajadores. No es de extrañar, que el ídolo de juventud de Hawking fuera Bertrand Russell, un ateo militante. La historia, terca y sabia en este caso, ha convertido el marxismo en basura ideológica residual y caducada. No así el sentimiento religioso, que sigue vivo en millones de personas.


Es de justicia constatar que Hawking siempre ha huido de la etiqueta de ateo. En sus libros, no son infrecuentes las referencias a Dios, pero casi siempre desde una óptica de hipótesis prescindible. Pasión inútil. De Dios sólo se puede prescindir desde el prejuicio ideológico o desde la impostura científica. O de una mezcla de ambas. Jamás puede haber colisión entre la verdadera ciencia y Dios.


Dos son las líneas básicas que traza Hawking y sus acólitos para intentar desplazar a Dios:
La primera tiene que ver con la Teoría del Big Bang, que es la explicación universalmente aceptada por la comunidad científica para explicar el origen del universo. Hawking no la niega. Por así decir, la pervierte. Para él el universo surgió ex nihilo, de la nada. No importa que esta afirmación desafíe la lógica. En el mejor de los casos, la poca solidez de esta hipótesis, lleva a Hawking a no detenerse mucho en ella. Es consciente de que no resiste un mínimo análisis, y, por tanto, prescinde de ella. En su libro Brevísima historia del tiempo, leemos:


"En lo que nos concierne, los acontecimientos anteriores a la gran explosión (Big Bang)no pueden tener consecuencias, y no deberían formar parte de ningún modelo científico del universo. Por ello, deberíamos eleminarlos del modelo y admitir que la gran explosión fue el origen del tiempo. Ello significa que preguntas como ¿Quién estableció las condiciones para el big bang? no son cuestiones que la ciencia estudie.". Lope de Vega lo dijo mucho antes y más bonito: no sé la razón de la sin razón que a mi razón aqueja. Según Hawking, como estas ideas transcienden la ciencia, lo mejor son obviarlas.


Peor resulta cuando Hawking se mete a dar explicaciones. Como parte de una premisa falsa, el resultado es también inconsistente. En una conferencia pronunciada en el año 2005, Hawking decía lo siguiente:



"Jim Hartley y yo propusimos una condición inicial para el universo. Según ella, éste habría aparecido espontáneamente de la nada, como las burbujas de vapor aparecen espontáneamente en agua hirviendo". El símil es falso. Evidentemente, las burbujas no surgen espontáneamente de la nada. Es necesario que algo preexista a las burbujas, que en todo caso, surgen por una causa bien clara, porque el líquido rompe en ebullición. Hay una relación causa-efecto. Lo mismo habría que admitir del origen del universo. La causa precede al efecto, aunque para Hawking resulte más cómodo no investigar la causa final que ha creado el universo. Porque eso sería admitir la hipótisis de Dios, algo a lo que no parece muy dispuesto.


Esta sería la primera línea argumental de Hawking. Queda una segunda línea, que tiene que ver con el objetivo de Hawking de crear lo que él denomina la Gran Teoría Unificada, que pretende ser algo así como la quintaesencia de todo. A esta segunda línea volveremos en otra ocasión.


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Desde mi trinchera liberal: cuando Hawking tergiversa


Si tecleas google buscando hawking, hallarás muchas páginas con esta información:"Stephen Hawking dice que Juan Pablo II le pidió que no estudiara el origen del Universo".Es una información falaz,una tergiversación.Esto es lo que de verdad ocurrió.
Hawking, en su libro Historia del Tiempo, relata lo siguiente:


"Durante la década de los setenta me dediqué principalmente a estudiar los agujeros negros, pero en 1981 mi interés por cuestiones acerca del origen y el destino del universo se despertó de nuevo cuando asistí a una conferencia sobre cosmología, organizada por los jesuitas en el Vaticano. La Iglesia Católica había cometido un grave error con Galileo, cuando trató de sentar cátedra en una cuestión de ciencia, al declarar que el Sol se movía alrededor de la Tierra. Ahora, siglos después, había decidido invitar a un grupo de expertos para que la asesorasen sobre cosmología. Al final de la conferencia, a los participantes se nos concedió una audiencia con el Papa. Nos dijo que estaba bien estudiar la evolución del universo después del "big bang", pero que no debíamos indagar en el "big bang" mismo, porque se trataba del momento de la Creación y por tanto de la obra de Dios.


Me alegré entonces de que no conociese el tema de la charla que yo acababa de dar en la conferencia: la posibilidad de que el espacio-tiempo fuese finito pero no tuviese ninguna frontera, lo que significaría que no hubo ningún principio, ningún momento de la Creación. ¡Yo no tenía ningún deseo de compartir el destino de Galileo, con quien me siento fuertemente identificado en parte por la coincidencia de haber nacido exactamente 300 años después de su muerte!" (p. 156).


Sin embargo, esto fue lo que realmente dijo el Papa Juan Pablo II en su discurso a los participantes en la sesión plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias, el 3 de Octubre de 1981 :


"Toda hipótesis científica sobre el origen del mundo, como la de un átomo primitivo, del que procedería el conjunto del Universo físico, deja abierto el problema referente al comienzo del Universo. La ciencia no puede por sí misma resolver dicha cuestión (*); hace falta ese saber del hombre que se eleva por encima de la física y de la astrofísica, y que recibe el nombre de metafísica; hace falta, sobre todo, el saber que viene de la revelación de Dios. "


Como vemos, en su texto Hawking sufre una confusión, esperemos que involuntaria, entre "no puede" y "no debe".Lo que el Papa dice no es que la ciencia "no debe" estudiar el origen radical de la materia, sino que "no puede" hacerlo. No se trata de un "no poder" de "no estar permitido", sino de un "no poder" de "no ser capaz por sus propios medios", como se ve claramente por el texto. Es un "no te es posible", frente al "no te está permitido" que afirma Hawking. Es una cuestión de humildad científica, algo quizá chocante para alguien que como Hawking quiere formular una Teoría Unificada del Todo.Sin embargo, la frase falsa de Hawking alcanzó un eco mediático muy profuso y veloz, viendo enseguida algunos que podían sacar rédito de este fraude y hacer que la Iglesia Católica apareciese como autoritaria, enemiga de los científicos, y esencialmente oscura en su sabiduría.


El diablo es astuto y ágil. Baste decir que hasta en el ABC, colaron el gol fantasma."Toda verdad, dígala quien la diga, viene del Espíritu Santo". Y lo que dijo el Papa Juan Pablo II fue una gran verdad. Las mentiras las ponen otros. Chapeau, Juan Pablo, ante usted, como siempre, me descrubro el cráneo, que diría Valle-Inclán. Cuidanos desde el Cielo.


Fernando Inigo

Desde mi trinchera liberal: Jesús Mosterín. Ciencia viva



Jesús Mosterín juega en este endeble libro a científico y teólogo, sin ser ninguna de las dos cosas. Es un filósofo metido en jardín ajeno.


El libro resulta incosistente, y en ocasiones, puro disparate. Veamos algunos de ellos.En uno de los capítulos, el filósofo Mosterín se dedica a hablar de la clonación, de la cual es un ferviente entusiasta. Lo primero que hace es saludar efusivamente a la oveja Dolly, muy famosa cuando se publicó este libro, allá por el año 2001. Mosterín se congratula de la buena salud de que gozaba la ovejita en ese momento, demostrando el mismo don de profecía que zapatero con el proceso de paz.


Al poco tiempo, la ovejita Dolly empezó a envejecer prematuramente de forma inexplicable, sufrió artritis, y falleció por una infección pulmonar. Adios mitos.


Cita Mosterín algunas objeciones que se pueden hacer a la clonación humana, que en defintiva es lo que se buscaba al clonar mamíferos. De forma incomprensible, no cita la que es la principal objeción moral que se hace a la clonación: la investigación con embriones humanos es despojarles de sus derechos de personas y tratarlos como desecho de laboratorio.Es destruir vidas humanas . De esta objeción, no dice nada. Le debe parecer baladí, a pesar de ser un debate social de primer orden.


Sí cita en cambio tres objeciones a la clonación humana, digamos, de otra índole. La primera objeción es que podría darse un cambio en la conducta sexual de las personas, y se pasase de la reproducción sexual humana a una reproducción exclusivamente por clonación. No se rían que lo dice en serio. Reconozco que jamás había oído semejante objeción, pero me deja perplejo. Puedo entender, y me parece respetabílisimo que una persona se haga célibe por el Reino de Dios, y para eso les da su Gracia.Pero lo de hacerse célibe por el reino de la clonación me parece un debate que sólo existe en la mente de nuestro filósofo.


La segunda objeción compite con la anterior en "originalidad". Hay que aclarar que para Mosterín, más que de objeciones, estamos hablando de espantajos alarmistas.El segundo espantajo alarmista pues es el siguiente, textualmente cito: "la posibilidad de que en el futuro a alguien se le ocurra hacerse un clon de sí mismo como esclavo o cantera de órganos sin rechazo". Es decir, que usted se clone a sí mismo para convertirse a sí mismo en esclavo de usted mismo.O guardar a su otro yo en la nevera, junto los tomates, la nocilla y el chorizo pamplona para ir cogiendole el órgano que necesite. No me digan que no tiene enjundia. Pero tranquilos, esto no pasará. Según Mosterín, las leyes protegerán a su clon. Vuelvo a citar textualmente: "Se olvida que el ser humano obtenido por clonación tendría los mismos derechos legales que asisten a cualquier ciudadano.Si alguien (aunque fuese su "padre"), le arrancase los órganos contra su voluntad, acabaría enseguida en la cárcel. Ya saben, el caso de Jesús Mosterín contra Jesús Mosterín Clon.


Vamos con el tercer espantajo alarmista. Mejor volver a citar con Mosterín con sus propias palabras: "Otro presunto peligro consistiría en que un dictador loco a lo Hitler se dedicase a clonarse a sí mismo. Se olvida que un dictador quiere acaparar él mismo todo el poder, y no está claro su interés en crear su propia concurrencia. En cualquier caso, un dictador loco siempre es peligroso (inciso mío, gracias por la aclaración), con clonación o sin ella (inciso mío otra vez, ¿pero no hemos quedado que un dictador no se iba a clonar a sí mismo?. ). El Hitler histórico (inciso, ¿hay otro que no sea histórico, gaseoso por ejemplo?), no necesitó de tecnología más avanzada que la de los hornos de gas (Inciso..una cosa son las cámaras de gas, y otra los hornos crematorios) para producir el holocausto de los judíos. El peligroso era Hitler, no el gas (Bien, ya iba a denunciar a Repsol).


Si a estas alturas no están deslumbrados por semejantes argumentos, les amenazo con volver a una segunda parte lo antes posible.


Tan aplastante lógica se merece el siguiente epigrama que le dedicó Bretón a un médico llamado Mata: Vive en esta vecindad/cierto médico poeta /que al pie de cada receta /pone Mata, y es verdad.


Fernando Inigo. fer.inigo@gmail.com

Desde mi trinchera liberal: Einstein y Dios


Cuentan la siguiente anécdota sobre Einstein: "En una ocasión,un periodista le preguntó por qué no llevaba siempre consigo un cuaderno para ir anotando las ideas que le surgiesen, y Einstein respondió, oh no es necesario,eso me ocurre tan rara vez"


Quizá ese fondo de humildad intelectual auténtica fue la que mantuvo viva para siempre la llama de la fe en Einstein. La humildad es una virtud que suele adornar a los verdaderos sabios. Einstein fue coherente con esa fe toda su vida. Ya en el ocaso de su existencia, afirmaba:


«La opinión, según la cual yo sería un ateo, se funda en un gran error. Quien lo deduce de mis teorías científicas, no las ha comprendido. No sólo me ha interpretado mal sino que me hace un mal servicio si él divulga informaciones erróneas a propósito de mi actitud para con la religión. Yo creo en un Dios personal y puedo decir, con plena conciencia, que: en mi vida, jamás me he suscrito a una concepción atea». Albert Einstein. (Deutsches Pfarrblatt, Bundes-Blatt der Deutschen Pfarrvereine,1959, 11).


Sin embargo, algunos se siguen aferrando a falsos argumentos para catalogar a Einstein como ateo, o cuando menos, agnóstico. El mismo Einstein los llegaba a llamar fanáticos ateos. Eran, son y serán irreductibles, siempre víctimas de sus ciegos prejuicios. Como dice André Maurois, "Al demostrar a los fanáticos que se equivocan, no hay que olvidar que se quieren equivocar". Cuánta sabiduría encierra esta pequeña cápsula.


Esa misma honradez intelectual fue la que llevó a Einstein a halagar la actitud de la Iglesia católica-y también protestante-durante el nacismo:


"Para Einstein, la libertad es el mayor bien de los humanos. En nuestra conversación se apasionó al hablar de que Alemania, durante la época de Hitler, había renunciado incluso a la libertad científica, y con ello se había prostituido frente al Poder. A propósito de esto dijo algo que me caló hondo en la memoria: 'Siempre esperé que las Universidades alemanas emprendieran la lucha por la libertad. Pero me equivoqué. Sin embargo - continuó diciendo - aun cuando las Universidades no hicieran nada, por lo menos las iglesias lucharon por la libertad, tanto la Iglesia católica como la protestante. Como judío quiero reconocerlo. Y esa lucha no debe olvidarse nunca'. " (Carl Seegil, biógrafo de Einstein).


Desde su profundo conocimiento de la realidad de las cosas, Einstein solía decir que Dios era juguetón pero no malicioso. Algo así como un padre que va escondiendo sorpresas para que sus hijos las vayan descubriendo. Así veía la vocación de los científicos. Por eso también decía que cuando la respuesta era simple, era Dios mismo contestando. Einstein sentía profundísimo respeto y admiración por esa Inteligencia superior, con la cual, sin embargo, era factible comunicarse de algún modo. El Señor del universo se dejaba, por así decir, pillar de vez en cuando.


En Einstein la ciencia tenía un alto porcentaje de mística. Cito textualmente:


"Quiero conocer cómo Dios ha creado el mundo. No estoy interesado en tal o cual fenómeno, en el espectro de ese o aquel elemento. Quiero conocer Sus pensamientos. El resto son detallitos".
Espero que Dios le haya llevado al maravilloso viaje del origen de la creación, con sus pelos despeinados, su aire de profesor despistado, y su eterna pipa colgada de sus labios. Al fin y al cabo, Dios es juguetón.


Fernando Inigo

Desde mi trinchera liberal El proyecto Gran Simio


Pululan unos personajes empeñados en llamar a los monos antropoides no humanos,y que quieren emparentarnos con simios,orangutanes,chimpancés,bonobos y gibones. Como diría Sartre, se requiere un doble sol para iluminar el fondo de la estupidez humana.Nuestro Ortega lo diría con una comprensión más edulcorada: "Existen múltiples formas de hacer el imbécil, elija usted la que desee".


El responsable del desarrollo del proyecto Gran Simio en España es nuestro inefable Jesús Mosterín. No dudo de la idoneidad de Mosterín para estar al frente de este proyecto. Me parece que pocas personas dan un perfil tan indicado para captar la psicología de los monos. No me produce sorpresa. Lo que no acabo de tener muy claro es quién acabará psicoanalizando a quien, si los monos a Mosterín o Mosterín a sus parientes. En asuntos de familia a veces es mejor no entrar.


Mosterín, además de ser articuentista de El País, es un prolífico escritor de endebles libros de pseudociencia, alguno de los cuales ya hemos glosado en este periódico. Su obra es tan extensa como poco leída, lo que demuestra un tesón digno de encomio. No le desaniman los fracasos. Yo lo llamaría obstinación. Me recuerda al epigrama de Leandro Fernández de Moratín: "En un cartelón leí / que tu obra baladí / la vende Navamorcuende... / No has de decir que la vende, / sino que la tiene allí.".


Así que Mosterín ha pasado de adornar con sus volúmenes las estanterías de los libreros a capitanear el proyecto Gran Simio, que es la forma más segura de enviarlo a pique. Don Torcuato Fernández de Miranda decía de sí mismo que era antipático y que tenía cara de vieja, que es una metáfora perfecta del Proyecto Gran Simio. En realidad, llevan siglos queriendo abajar la dignidad del hombre asimilándola al reino animal, o aupando a los animales a categoría humana. Llamar a los monos antropoides no humanos es una simbiosis de las dos. Quieren otorgar derechos humanos a estos antropoides no humanos mientras despojan de esos mismos derechos al embrión humano. Es algo que repele al sentido común, que por otra parte ya sabemos que es el menos común de los sentidos.


El argumento más utilizado por los defensores de la chimpancinización del hombre, o viceversa, es la aparante similitud genética. Nos dicen que nuestra secuencia de ADN es idéntica en un 98,8% con la del chimpancé, y el orden en el que están colocados también coincide en un 96%. Olvidan, como dice el Papa Benedicto XVI, que el hombre no puede ser reducido a un mapa genético.


Pero aún hay más: Esa diferencia, aunque parezca pequeña, significa que hay más de 35 millones de bases diferentes entre cada especie. Es decir, una información que ocuparía una biblioteca de millones de volúmenes. Por otra parte, lo importante no es la secuencia en sí, sino las peculiaridades de las estructuras genómicas. Si se considerase el material genético en su conjunto, y no sólo la secuencia de bases, la similitud genómica se reduciría hasta el 26%. Sólo un 29% de las proteinas de chimpancés y humanos son codificadas por genes idénticos en ambas especies. 50 genes que tiene el hombre no aparecen en los chimpancés. El número de cromosomas humano es 46, mientras que el de los chimpancés es 48. Nuestra secuencia genética es también muy similar a otras especies, como puede ser la mosca de la fruta, y algún que otro gusano microscópico, pero a nadie se le ocurre pensar que nos van a salir alas y nos vamos a quedar pegados en el cristal de la ventana, o que vamos a empezar a alimentarnos de tierra y raices.


En el fondo, lo que subyace en este proyecto es esa secuencia de imágenes que todos hemos visto en diferentes ocasiones, y que muestra un mono evolucionando a estadios cada vez menos simiestos y más humanoides hasta que la imagen final es un hombre caminando. Una imagen que por muy repetida que está no deja de ser quimérica.

Desde mi trinchera liberal: Roger Penrose y la conciencia


En una entrevista leída hoy,Roger Penrose declara que"el reto de la física es explicar cómo funciona la conciencia".Al pensar en la entrevista,recuerdo la cita de Georges Braque:"Es preciso tener siempre dos ideas, para que una destruya a la otra".


En una entrevista publicada hoy, Roger Penrose declara que "el reto de la física es explicar cómo funciona la conciencia". Al profundizar en la entrevista, he recordado la cita de Georges Braque: "Es preciso tener siempre dos ideas, para que una destruya a la otra". Penrose no puede evitar caer en la contradicción.El objetivo de Penrose es extraer la explicación de la conciencia desde el mundo físico, despojada de toda implicación espiritual, o como él define, ajena.


La lógica consecuencia de ésto es considerar a la conciencia como un producto de nuestro ser material. Dicho con palabras de Penrose:" Creo que de alguna manera nuestros cerebros están preparados para extraer algo del mundo físico y revelarlo como conciencia".En la práctica, esta definición de la conciencia, lleva aparejados el subjetivismo y, por tanto, el relativismo.


Evidentemente, si la formulación de la conciencia depende de cómo mi cerebro extrae información del mundo físico, la única norma que debería regir mi actuación es mi propia conciencia, y eso es erróneo, como veremos más adelante. El mismo Penrose es inconsistente en este planteamiento. En otro punto de la entrevista, a la pregunta de ¿Quién decide qué es moral o inmoral?, responde:"El asunto no es quién decide. Es algo objetivo. Tiene que serlo. De otra manera, podrías hacer tus propias normas". Ciertamente, esta versión de lo que es moral o inmoral, contradice su idea del párrafo anterior. Una idea destruye a la otra.


Para que la conciencia nos lleve a un obrar correcto, ha de estar necesariamente referida a una verdad moral absoluta e inmutable. Los cristianos decimos que nuestra conciencia para estar rectamente formada, debemos referirla a Dios. Esto entra en colisión frontal que en el relativismo moral y el subjetivismo. Como dice el Papa Benedicto XVI en su libro Verdad, Valores, Poder (de muy recomendable lectura), uno de los errores actuales es lo que él define cómo la consideración de la conciencia como norma suprema. Según esta consideración, uno debe actuar según su propia conciencia. Y en parte, es verdad. Pero como dice el Papa, seguir la propia conciencia no garantiza el valor moral bueno de un acto. Eso sería presuponer que nuestra conciencia es infalible. Y es evidente que no lo es. Benedicto XVI pone el ejemplo de las dictaduras naci y comunista, cuando mucha gente cometió aberraciones según le dictaba su conciencia.


Es más. Durante el proceso de Nuremberg, los nacis allí juzgados, salvo contadas excepciones, no mostraron arrepentimiento alguno por sus crímenes. La mayor parte de ellos murieron en la horca pensando que habían obrado rectamente, aún cuando eso había significado millones de hombres, mujeres y niños asesinados. Evidentemente, la conciencia subjetiva y relativista está coja. No es falible. Ni siquiera cuando esa conciencia subjetiva pueda coincidir en una amplia base de personas. Como dice el Papa, "La reducción de la conciencia a la seguridad subjetiva, significa la supresión de la verdad".


Para definir qué es la conciencia, me quedo con esa frase de Newman, que en realidad es una oración:"La conciencia es la presencia clara e imperiosa de la voz de la verdad en el sujeto. Yo amaba mi propio camino, ahora Te ruego: alúmbrame para seguir."Dios no vence a quien no se quiere deja vencer. Él vence sólo por convicción.


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Desde mi trinchera liberal Edición 2007 del Seminario Multidisciplinar Internacional, tenido en Londres bajo el título: ¿Juega Dios a los dedos?Evoluc


Especialmente dedicado a mi querido amigo Angel Morancho, agradecido por lo mucho que he aprendido de él. Sé que le gustará esto.

¿Juega Dios a los dados?


La física quántica puede ser un buen inicio para hablar sobre la libertad, el destino y Dios. Así opinan los universitarios de 9 países diferentes que se reunieron en Londres para debatir sobre “La evolución, el azar y la inteligencia en la naturaleza”.29 de enero de 2007


La ciencia no sólo hace más fácil la vida, sino que además puede ayudar al hombre a entenderse a sí mismo.Para lograrlo, es necesario que los avances científicos vayan acompañados de una reflexión humanista y antropológica.Con el fin de lograr esta visión global, desde hace quince años diversas asociaciones de universitarios se reúnen anualmente, y debaten sobre los avances que se han producido en cada ciencia, compartiendo saberes y opiniones.La edición 2007 del “International Interdisciplinary Seminars” ha reunido recientemente en Londres a universitarios ingenieros, biólogos, físicos, matemáticos, filósofos y juristas, bajo el título: “Does God play dice? Evolution, Randomness and Intelligence in Nature”.Vea una galería fotográfica del encuentro universitario.


Entrevistamos a Antoine Suarez y Lorenzo de Vittori, participantes en el encuentro que se celebró en Netherhall College (Londres), residencia para universitarios y obra corporativa del Opus Dei.¿Por qué saber si "Dios juega a los dados"? El título hace referencia a una célebre polémica de Einstein contra la física cuántica. Esta rama de la física sostiene que los fenómenos físicos no se pueden explicar exclusivamente de modo determinista a través de causas materiales y observables.Einstein, partidario del determinismo, respondía: “Dios no juega a los dados”. Pero si el mundo funcionase de modo determinista... ¡no habría sitio para la libertad! La polémica sigue siendo de gran actualidad.Estudiantes de Matemáticas, ingenieros, físicos, filósofos... ¿qué interés les une?La libertad. Es el hilo conductor de estos seminarios interdisciplinares para universitarios, desde su inicio en 1992. Con estos debates, se pretende promover una reflexión científico-filosófica a partir de los resultados de las ciencias experimentales y de las matemáticas, con el fin de describir un mundo en el que la libertad es posible.¿


Cuál ha sido el perfil de los participantes?


Han participado 60 estudiantes, investigadores y profesores procedentes de 9 países: Gran Bretaña, Irlanda, Holanda, Italia, Suiza, Croacia, Francia, Canadá y Taiwan. Hubieran podido ser bastantes más pero de momento tenemos una limitación por el número de alojamientos. La media de edad ha sido de 25 años.Unos de los fines de esta actividad es estimular la comunicación entre las diferentes disciplinas. Y creo que lo hemos logrado porque han estado presentes casi todas las disciplinas científicas: físicos, matemáticos, ingenieros, biólogos, médicos, estadísticos, informáticos, y también filósofos, juristas, estudiantes de ciencias políticas e incluso artistas.


¿Cuales han sido los debates principales?


Los debates han girado sobre las consecuencias filosóficas de la física cuántica y de las matématicas; la tensión entre evolución y creación; la importancia del azar cuántico para la libertad ; la relación entre alma espiritual y cerebro, y la definición de la muerte.¿Qué propuestas os han parecido más originales?Un primer resultado original es la posibilidad de armonizar la perspectiva filosófica de Tomás de Aquino y recientes experimentos de física cuántica. Estos experimentos, como expusieron los grupos de Zürich (Lorenzo De Vittori, Andreas Schwaab) y Zagreb (Vuko Brigljevic and Roko Plestina) revelan la existencia de fenómenos cuyo origen o causa está fuera del espacio y del tiempo, es inmaterial. Pemiten además una actualización de la visión tomista del alma como forma del cuerpo: en los movimientos espontáneos de nuestro cuerpo, la energía necesaria hace el papel de causa material; el alma en cambio interviene como causa formal a nivel de la elección (p. ej. girar a la izquierda en ved de a la derecha). Juleon Schins (Delft) ha acuñado la denominación de “hilemofismo cuántico”. Hemos intentado aplicar esta explicación a la definición de la muerte y parece funcionar bastante bien.Cesare Stefanini and Federico Favali (Pisa) ofrecieron reflexiones estimulantes comparando la creatividad humana al potencial de robots autónomos. Pero aún queda mucho trabajo por hacer sobre la relación alma-cerebro.Otro resultado interesante ha sido la visión “positiva” del azar propuesta por los grupos de Utrecht (Alfred Driessen, Daan van Schalkwijk) y de Zürich. El azar no sería algo “ciego”, como suele decirse, sino que provendría de una causa inteligente y libre, sería como el juego que Dios permite en el “mecanismo” del mundo para que éste no sea totalmente rígido y permita movimientos corporales libres, como los movimientos de mis dedos sobre el teclado del ordenador cuando escribo estas respuestas a sus preguntas.De algún modo puede compararse el azar a la “tierra informe” o materia primera que, según el relato bíblico, Dios crea al inicio. Esta perspectiva ilumina la teoría de la Evolución de modo interesante.La Evolución es, de hecho, un tema de gran actualidad científica, filosófica y religiosa...



Que, por supuesto, ha estado muy presente. Refiriéndose al actual debate sobre evolución y diseño inteligente Mark Fox (Sheffield), Tomory Leslie (Toronto), Jimmy Bakker (Dublin) y Andrea Manazza (Turin) insistieron que no hay conflicto entre Creación y la teoría científica de la evolución.Por otro lado, los economistas Ed Tredger (Londres) y Jan Everhard Renaud (Amsterdam) analizaron el concepto de azar, y el físico e informático Peter Adams (Londres) llamó la atención sobre el hecho de que, si bien Dios no se revela fácilmente a la ciencia, la descripción del mundo que hace la ciencia cuantitativa no debe ser totalizante y debe quedar abierta a principios no cuantificables.Muy interesante también la perspectiva matemática dada por los grupos italiano (Max Berti, Rocco Tarchini) y de Zürich. Teoremas fundamentales en matemáticas (Gödel, Turing) ponen de manifiesto, por una parte, que el pensamiento humano no puede reducirse a un puro proceso mecánico de cálculo, y en ese sentido no es material.Por otra parte, resulta que ninguna mente humana puede contener toda la verdad matemática. Si, como dice Kant, la matemática es algo “a priori” y mental, no derivado de la experiencia sensorial, hay que concluir que tiene su origen en una mente omnisciente que supera la capacidad humana. Irónicamente, la concepción de la matemática que Kant sostiene en la Critica de la razón pura parece implicar la existencia de Dios.- Decís que los asistentes eran "jóvenes" y "científicos": precisamente los dos públicos que, según se cree, menos interés tienen en Dios y lo espiritual.La ciencia se ocupa de entender el mundo, de describirlo en la medida de sus posibilidades y de explicar el papel que el hombre desarrolla –que siempre tiene que ser central- en este contexto.Es lógico, por tanto, que un científico honesto se plantee cuestiones que están en la base de la vida: Dios, el origen del mundo, la evolución…Y estos científicos, afortunadamente, cada vez son más numerosos. Tras varios siglos en los que las ciencias se han desarrollado en “compartimentos separados”, ahora parece que las jóvenes generaciones desean encontrar una unidad más allá de su especialización.



Para confirmar esta tendencia, se puede comprobar al cantidad de discusiones “virtuales” que se desencadenan en Internet. La mayoría se producen en los blogs, muy extendidos entre los jóvenes científicos.Basta introducir en Google la búsqueda “Existencia de Dios” o “Física quántica y libertad” para obtener miles y miles de páginas sobre estas cuestiones.Pero no sólo los jóvenes se preocupan por estas cuestiones metafísicas. También es una inquietud frecuente entre profesores e investigadores.Hace un siglo, era impensable cualquier crítica al determinismo (basta tener en cuenta la terminante reacción de Einstein: “¡Dios no juega a los dados!”). En cambio, ahora, aparece como un camino serio para demostrar que no existe contradicción entre ciencia y religión.Actualmente, se trata de un tema abierto, sin duda criticado, pero en continua y viva discusión. Es agradable ver cómo grandes especialistas en física quántica afirman que en este mundo hay espacio para la libertad y para Dios.¿Pero abrir estos debates en la ciencia no es ir contracorriente?Efectivamente, supone un impacto para quien está acostumbrado a ver el mundo bajo una perspectiva “determinista”. Sin embargo, este nuevo discurso ya no es rechazado, sino que se escucha con interés.Lo positivo es que la corriente de pensamiento científico ya no va sólo en una sola dirección. Ahora el río está lleno de remolinos, ¡y ese es el mejor ambiente para que progrese la ciencia!Tengo entendido que habéis continuado el debate en un blogSí. Quien tenga interés puede ver allí las presentaciones y participar en el debate: http://www.scienceandbeyond.net/¿Cómo ha sido el ambiente del congreso?Muy estimulante. Quizá sirva de ejemplo una anécdota del debate con que pusimos punto final al encuentro. “En resumen –dijo el moderador-, Dios juega a los dados, ¿sí o no?”. “Sí –respondieron desde el público. ¡Y se divierte!”. Quizá sea otra forma de explicar el “ludens in orbe terrarum” (Proverbios, 8,31).¿Y el año que viene?El Seminario tendrá lugar de nuevo en Londres, los días 2-6 enero 2008. El tema será “¿Hay sitio para el alma en la Neurociencia?” Debatiremos sobre las bases neuro-fisiologícas de la identidad personal y del libre arbitrio.

Por Fernando Inigo
Enlaces relacionados Página oficial del Seminario "Evolution, Randomness and Intelligence in Nature". Blog de debate
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Desde mi trinchera liberal: Cuando los científicos tergiversan II


Sigue la carta del rabino. Ahora es el turno de hablar de Hawking. Pasen y vean. Impresionante el repaso del Rabino Iosef Bittón


Un científico llamado George Ferrows, que calculó la probabilidad matemática de que el Big Bang haya sido casual, también hizo el siguiente análisis acerca de las posibilidades para que una ley física, una sola ley física de las que gobiernan nuestro Universo, haya podido surgir por casualidad. Es un científico secular así que no hay que sospechar de ninguna tendenciosidad... El dijo que la probabilidad de que apareciera por ejemplo la entropía o la ley de gravedad por si mismas es 1 sobre 10 a la 123. Lo que quiere decir 1 sobre un 10 con 123 ceros arriba a la derecha... Y por lo tanto este científico secular, Dr. Ferrows, concluye que necesariamente un Creador inteligente tuvo que haberlos creado, ya que es virtualmente imposible que ocurra por casualidad algo cuya probabilidad es 1 sobre 10 a la 123 .

El no menciona a Dios, pero habla de un Creador, habla de una inteligencia superior que tuvo que haber intervenido.

Por casualidad no pudo haber ocurrido.

Hawking: ¿Quién me compra un buzón?

Algo más interesante todavía. Stephen Hawking quiso demostrar lo opuesto, que existe la posibilidad de concebir un Universo que haya surgido sin intervención inteligente. Stephen Hawking es quizás el astrofísico más famoso del mundo. Nunca ningún físico vendió tantos libros al público abierto. Pocos científicos han sido tan populares como él. Por supuesto que no solamente por sus ideas, sino por su drama personal, su incansable lucha, su biografía etc. Hawking, un genio de la Astrofísica, escribió en su libro “The Brief History of Time” “La breve historia del tiempo” lo siguiente: “En verdad el universo pudo haber concebido a la vida, pudo haberse concebido de casualidad.”

¿Conocen Ustedes la metáfora de los monos sobre una máquina de escribir? Dicen que suponer que el mundo hubiese podido surgir por casualidad sería como si dijésemos que 10 monos sobre 10 máquinas de escribir pudieran escribir -dándoles suficiente tiempo- un soneto de Shakespeare. Entonces Hawking dice así "Es algo parecido al bien conocido ejemplo de la horda de monos martillando sobre máquinas de escribir. La mayor parte de lo que escriben será desperdicio, pero muy ocasionalmente, por puro azar, imprimirán uno de los sonetos de Shakespeare". ¿Suena bien? Si lo dice Stephen Hawking... Pero no dejen de advertir que hay una diferencia entre Ferrows y Hawking. Ferrows me da un número. Stephen Hawking hace un cálculo más bien cualitativo. No me da un número...

¿Qué tiene que hacer un buen científico a partir de lo que dice Stephen Hawking? Comprobarlo. Cuantificar la probabilidad. ¡Vamos a hacer los deberes que nos dio el Profesor Hawking! Vamos a calcular con qué probabilidad podría aparecer un soneto de Shakespeare... de casualidad... Los sonetos de Shakespeare tienen 14 versos. Tomemos uno de ellos, el que toma como ejemplo Gerald Schroeder, tiene en sus 14 versos, 488 letras. ¿Cómo hacemos el cálculo para saber la probabilidad? Hay 26 letras en el alfabeto inglés (sin la elle y la che). Para definir cuál es la probabilidad de que esto ocurra por casualidad vamos a empezar por calcular 26 a la 488, o expresado en decimal, que sería 10 a la 690. Es decir 1 posibilidad en 10 a la 690. Y aquí la manipulación que estoy denunciando... ¿Alguien se da cuenta de lo que este número significa? ¿Qué quiso decir Hawking? Aparentemente que el universo pudo crearse por casualidad "la mayor parte será basura, pero con el tiempo, algún soneto surgirá...".

Cuando alguien distraídamente lee eso dice, bueno, si Stephen Hawking lo dice... el ya habrá hecho la cuenta... Yo no creo que él haya ignorado que la probabilidad que le estaba dando era incluso inferior a la del propio Ferrows. Para que ustedes tengan noción de lo que significa es exorbitante número 10 a la 690 les voy a dar algunos ejemplos: El universo tiene, de acuerdo a la teoría del Big Bang, una edad 15 mil millones de años reloj-hombre. ¿Alguien sabe cuántos segundos hay en 15.000 millones de años? En 15.000 millones de años hay 10 a la 18 segundos. Nada más que eso. Para que se den todas estas casualidades, este 1 sobre 10 a la 690, una por segundo, no alcanzarían ni soñando los 10 a la 18. No alcanzarían jamás... ¿Saben cuál es la masa TOTAL del universo? Ni siquiera lo podemos concebir... Bueno ¿saben cuánto es en gramos? 10 a la 56 gramos. Esa es toda la masa del universo. Por lo tanto, si vamos de nuevo a las estadísticas, dice el Dr Schroeder que "Para escribir por casualidad uno de los sonetos de Shakespeare sería necesario que todos los monos del mundo, además de todos los otros animales existentes, aporreasen máquinas de escribir fabricadas con todo el hierro existente del universo, durante un período superior a todo el transcurrido desde el Big Bang, a un ritmo de una prueba aleatoria por segundo y aún así la probabilidad de que apareciera un soneto sería infinitamente pequeña". Para formar una sola frase de 16 letras, con todas las combinaciones posibles llevaría 2.000 billones de años. El universo existe, según sus cálculos, solamente desde hace cerca de 15.000 millones de años. ¿Qué nos están vendiendo Hawking, entonces?

La conspiración de los manuales Y no estoy ahora cuestionando a la ciencia en nombre de la fe. Simplemente estoy haciendo un cálculo, el mismo que me propone nada menos que Stephen Hawking. Y mis conclusiones están muy lejos de las de él, calculando la probabilidad según el ejemplo que él mismo me propuso... ¿Dónde quedó la integridad y la objetividad científica? Y ahora les voy a dar una sorpresa.

Queridos amigos, si ustedes hoy escribieran el Manual Santillana o cualquier otro Manual, (con esto no quiero hacer ninguna crítica a un manual específico, simplemente es el que estudian los alumnos en nuestras escuelas) ¿Cómo describirían el origen de la vida? ¿A quién citarían? Este manual, que es el que utilizan nuestros hijos, sorprendentemente ¿saben a quién cita? ¡A Stanley Miller, el que hizo la "descartada" prueba de los aminoácidos! ¿Será que nos toman por tontos? Ojo, éste no es un manual de los años 50, o de los años 60. Acá dice "1996". Pasaron ya muchos años desde de que esa teoría se ha transformado en un mito. Entonces uno busca en la próxima página y piensa que el manual explicará que si bien Miller fue un audaz científico sus conclusiones fueron muy cuestionadas, que matemáticamente no responde a las probabilidades etc, etc. Pero no hay nada... increíblemente se lo presenta como "la" explicación -virtualmente única y excluyente- de un tema tan sensible como el origen de la vida... No tengo una explicación muy sencilla para estas omisiones... En los 90´s ningún científico serio va a decir que la vida viene por casualidad, pero todos nuestros hijos lo aprenden. Por todo esto, quisiera dejar estas preguntas abiertas.

¿Porqué nuestros hijos estudian cosas que la ciencia misma, no desde la fe sino desde la ciencia, declara como incorrectas? ¿Porqué nosotros, papás, no hacemos nada al respecto? Por eso no exigimos a la ciencia objetividad. Por ejemplo, que nos enseñen cuáles son las críticas a lo que dijo Stanley Miller. Que no nos traigan una de las investigaciones de 1953, que ya fue descartada, como si fuera la verdad excluyente.

Desde mi trinchera liberal: Cuando los científicos tergiversan


Los argumentos en favor de la fe,jamás convencerán a quien no quiere ser convencido.Pero si somos honestos, ayudan.Aquí tienes un discurso de un rabino que explica por qué algunos científicos tergiversan para excluir a Dios del horizonte de sucesos.


Para esta clase de científicos, se puede aplicar la frase de Churchill:Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema. Van a piñón fijo.


El Origen de la Vida
Miller: Adios a la teología!


En 1953, Stanley Miller, un joven estudiante de la Universidad de Chicago, hace un experimento que revoluciona a la comunidad científica, y satisface especialmente a aquellos científicos que trataban de buscar en la ciencia una explicación alternativa a los orígenes de la existencia. Una explicación que no tuviera que ver con Dios. Stanley Miller les dio la respuesta que buscaban. Hizo un experimento, una experiencia de laboratorio para demostrar cómo había aparecido la vida, a partir de circunstancias aleatorias.


Miller tomó un poco de agua destilada, junto con gases de amoníaco, metano e hidrógeno y aplicó flashes de descargas eléctricas durante dos días y medio, casi tres. Más tarde analizó el contenido del agua y detectó aminoácidos. Los aminoácidos son los elementos primordiales para las proteínas, que son los ladrillos de la vida. Por lo tanto, había quedado demostrado, científicamente, que la vida puede aparecer por casualidad.


Un famoso científico, Premio Nobel, George Wald, publica en Scientific American, en el año 1954, toda esta experiencia, ampliándola mucho más, y la analiza diciendo que definitivamente la ciencia demostró que la vida pudo aparecer por casualidad. George Wald escribe lo siguiente:
“El tiempo lo hace todo, 'given enough time' (dado el suficiente tiempo)lo imposible se hace posible, lo posible probable y lo probable cierto.” El tiempo hace los milagros. Creo que si tuviéramos que buscar una poesía del agnosticismo, o el ateísmo puesto en un poema, no encontraríamos algo más hermoso y seductor que esto...: "El tiempo lo hace todo. Dado el suficiente tiempo, lo imposible se hace posible, lo posible probable y lo probable cierto. El tiempo es el que hace los milagros. Dios queda entonces excluído, porque encontramos el origen de la vida sin necesidad de un Creador, por simples flashes de luz que arremeten sobre los gases primordiales.


Morowitz: la divina matemática.
Pero en 1959, la comunidad científica se conmociona otra vez. ¿Por qué? Porque esta vez un científico llamado Harold Morowitz descubre un pequeño problema en la teoría de Miller y Wald. Descubre lo que Ortega y Gasset definiría como el gran problema de las especializaciones: el célebre filosofo español decía que estamos llegando a una sociedad en donde cada cual sabe más sobre menos cosas. Y aquí pasó algo parecido. Wald un fantástico biólogo, aparentemente no era muy bueno en matemáticas. Y ¿qué es lo que descubre el Dr. Morowitz?


Morowitz descubre, y Scientific American lo publica, que la probabilidad de que surgiera una bacteria de la nada por casualidad, de la misma forma que lo había inducido en laboratorio Stanley Miller en 1953, era tan mínima que el tiempo que la ciencia le atribuye al universo no hubiera alcanzado. Simplemente no existió el "enough time" de Wald... Tendría que haber pasado mucho más... Vamos a mencionar un libro que espero puedan conocer y leer: "Genesis y el Big Bang" del Dr Gerald Schroeder. Está traducido desde hace varios años al castellano. Es un libro impactante y sumamente interesante para la persona de fe que tiene este debate interno.


Allí dice así: "Harold Morowitz, físico de la Universidad de Yale, publicó en 1968 el libro Flowing Biology. Junto a otros físicos y matemáticos había visto con preocupación la facilidad con que algunos científicos daban por sentado, al estudiar el origen de la vida, que se produjesen acontecimientos tan poco probables. Estos científicos aceptaban tal ocurrencia sin intentar siquiera una investigación rigurosa sobre la probabilidad de que efectivamente sucediera.
Morowitz calculó el tiempo necesario para que reacciones químicas aleatorias (=casuales) formaran una simple bacteria. No un organismo completo, no estamos hablando de un ser humano, ni siquiera de una flor, tan sólo una simple bacteria unicelular. Basando sus cálculos en una velocidad bastante optimista de estas reacciones y suponiendo que todas las casualidades se van a dar, concluyó que el tiempo para formar una bacteria excedía no solamente en 4.500 millones de años la edad de la tierra, sino también 15.000 millones de año la edad que la ciencia le atribuye al universo."


Desde hace décadas ningún científico serio y honesto acepta que la vida se haya originado por casualidad. Esta teoría es considerada matemáticamente imposible. No existió el tiempo para que esas casualidades se dieran.

Monday, September 04, 2006

El milagro de la vida 2

Tenemos pues, que por algún inexplicable mecanismo (inexplicable si no crees que ha sido Dios el autor de la vida, claro) los aminoácidos se secuencian de manera correcta y crean proteínas. Es decir, dentro de las infinitas posibilidades de organizarse una secuencia de aminoácidos, "eligen" la correcta para ir formando proteinas. Y no acaba aquí la complejidad de la vida. Esto ya sería suficiente, pero es sólo el comienzo. Para que esas proteinas funcionen, y lleven a cabo su misión de mantener tu "yo" tal y como lo ves ahora en el espejo, necesitan reproducirse. Una proteina no te serviría de nada si no pudiese reproducirse. Y, como ya te puedes imaginar, no pueden reproducirse. Para reproducirse, necesitan echar mano del ADN. El ADN es una máquina en esto de la reproducción, puede autocpiarse en cuestión de segundos, pero es aquí donde terminan sus habilidades. Práctimante, no es capaz de hacer nada más. Es decir, que la proteina sin el ADN no tiene sentido, y el ADN sin la proteina, tampoco. ¿Por qué pues, decidieron simultáneamente empezar a trabajar juntos? Es como si de repente tuvieses un tomate, una cebolla, unas hojas de lechuga y unas cuantas aceitunas,aceite,vinagre y sal y "decidieran" agruparse para formar una sabrosa ensalada mediterránea.